Sin duda alguna Marion Mahony Griffin debería aparecer con nombre propio en la historia urbanística moderna. Sin embargo, no ha sido así. Ha habido que esperar hasta la celebración de los 100 años del concurso del proyecto de Canberra para que su nombre apareciera en igualdad de condiciones que el de su marido.
Marion Mahony fue la segunda mujer graduada de arquitecta en el MIT, en 1894. Perteneció a un entorno social de un amplio y diverso círculo de mujeres y hombres progresistas (reformistas laborales, votantes, activistas cívicos y clubes de mujeres de la alta sociedad), lo que facilitó su ingreso al mundo laboral. Comenzó su práctica profesional, como dibujante, en el estudio de su primo Dwight Perkins. Esta relación de parentesco fue importante, ya que para muchas mujeres, aunque hubieran estudiado, la práctica profesional era inaccesible. La incorporación de las mujeres no era bien recibida.
En 1895 comenzó a trabajar en el estudio de Frank Lloyd Wright en Oak Park, y durante 14 años fue una de las personas más importantes del mismo. Tanto fue así que cuando Wright se fue a Japón, en 1909, le ofreció que ella fuera quien se hiciera cargo del estudio. Ella declinó la proposición pero aceptó trabajar en el estudio de Herman von Holst, quien continuó las obras del estudio, y ella se hizo cargo de terminar los trabajos que habían quedado empezados, tal como consta en los sellos de los dibujos y planos. En Oak Park, Marion Mahony fue una de las principales diseñadoras siendo responsable de muchos de los muebles, murales, vidrieras, luminarias y mosaicos de las casas que se proyectaban. Creó la imagen de los dibujos del estudio, que fueron fundamentales para la identificación y singularidad del primer Wright. El estilo de sus dibujos estaba influenciado por las estampas japonesas tanto en composición como en la técnica.
En el estudio de Wright conoció a quien sería su marido, Walter Burley Griffin. Forman juntos su estudio y en 1911 se presentan al concurso para nueva capital de Australia, Canberra. En 1914 se mudaron a Australia para desarrollar el proyecto. La historia ha olvidado el nombre de Marion Mahony cuando se menciona el proyecto de esta ciudad. Los dibujos llevaban sin duda su sello y podemos afirmar que en el proyecto su participación fue sumamente importante. Pero como ha pasado con muchas esposas de arquitectos, ella decidió hacerse a un lado para que despuntara la figura del marido, para evitar la reticencia social y profesional para reconocer el buen trabajo de las mujeres profesionales.
La influencia entre Griffin y Mahony, como no podía ser de otra manera, fue mutua. El interés de él por el paisaje y por una arquitectura en sintonía con la naturaleza, fue plenamente asumida por Marion Mahony. Ambos compartían la idea de una civilización ideal, en que cada persona viviera en casas que estuvieran en sintonía con la naturaleza y las personas. Esta posición les llevó, especialmente a ella, a involucrarse en la sociedad Antroposófica, en la que se busca la creatividad de la humanidad y la no destrucción de la naturaleza.
* Texto por Zaida Muxi, cortesía de Un Día | Una Arquitecta